Por Fernando Duarte M.
Se habló de un show especial, de que sería íntimo y de larga duración, pero lo que anoche hizo Pearl Jam en el Movistar Arena superó todas las expectativas.
Si bien su presentación se anunció como independiente de la versión 2018 de Lollapalooza Chile -no como un sideshow- el recital resultó ser el aperitivo perfecto para el festival que comenzará el viernes y que es el más importante que se realiza en el país.
Durante tres horas la banda formada en 1990 en Seattle, Estados Unidos, hizo un repaso por diez de sus discos, además de tocar un par de covers y un tema nuevo.
Todo partió con Realease y siguió con Of the Girl, canciones que las 17 mil personas que llegaron hasta el Movistar Arena corearon a todo pulmón. De ahí en adelante comenzó el idilio entre Eddie Vedder y sus seguidores. “La primera vez en Chile fue en 2005, luego 2011, 2013, 2015 y estamos de nuevo aquí. Significa que nos gusta Chile y estamos muy felices de poder verlos”, dijo el músico con un imperfecto español, ante la euforia de su fanaticada.
Luego se sucedieron Low Light, Animal y Mind Your Manners, entre otros temas, que fueron interpretados sobre un escenario en 360 y que estuvo adornado con esferas gigantes que colgaban sobre las cabezas de los miembros del grupo. Todo matizado con cálidos colores.
Tras interpretar una serie de canciones más, fueron 30 en total, Vedder tomó el micrófono para comentar que, si bien habían tocado cuatro veces en suelo chileno, existían varios temas que nunca interpretaron. La introducción resultó perfecta para que comenzaran a sonar los primeros acordes de Dissident y que el Movistar Arena casi se viniera abajo.
Sin embargo, uno de los momentos más emotivos de la jornada se produjo cuando el vocalista dijo, nuevamente en español: “Crecimos con Rogers Waters como nuestro héroe, hoy somos amigos, pero él sigue siendo nuestro héroe”. Acto seguido, la banda tocó Comfortably Numb de Pink Floyd.
Después de eso siguieron Alive, Last Kiss y Baba O’Riley, un cover de The Who, momento que Vedder aprovechó para repartir panderos y vino tinto a los fanáticos que estaban más cerca del escenario.
El show terminó con Indifference y el público aplaudiendo y gritando de pie mientras la banda se inclinaba ante ellos. Incluido su baterista Matt Cameron, quien lucía una polera negra con la imagen de Chris Cornell en la espalda, su ex compañero en Soundgarden y quien falleció el año pasado.
Una noche cargada de emociones, energía y potencia que dejó en claro que el romance entre Pearl Jam y sus fanáticos chilenos tienen para rato.
Fotos gentileza de Lotus.
Crédito: Carlos Müller
