Héloïse Letissier comenzó su carrera musical seis años atrás en París, luego de mudarse de su natal Lyon. Cuatro años más tarde entregaría su álbum debut en el país galo que fue reeditado para el Reino Unido este año bajo el nombre de “Chaleur Humaine” y se metió en prácticamente todas las listas de lo mejor de año. El salto para Letissier fue gigante: de actuar en pequeños bares en París llegó al escenario principal del festival Glastonbury este año. Pasó de recibir elogios de círculo cercano a ganarse la admiración del mismísimo Elton John, que dijo que si veías en vivo a Christine And The Queens quedarías “hipnotizado”. De ser apuntada como una de las revelaciones de la música francesa hace algunos años atrás, pasó a ser la francesa más influyente en el mundo según el último numero de la revista Vanity Fair. Se éxito se extendió a Inglaterra –tierra no muy fértil para los artistas galos– y allá Letissier se está transformando en una verdadera celebridad, siendo elegida por la NME como una de las personas del año.
¿Por qué tanto revuelo por la artista de 28 años? Por varias razones, pero la más importante es la música. Su disco debut es un compendio de pop bien elaborado, que es accesible para las masas, pero no suena desechable como la mayoría de la música que dominan las listas de Spotify en el último tiempo. Letras inteligentes que exploran su personalidad y las inseguridades que vivió antes de convertirse en la figura que es ahora, y donde habla sobre aceptarse a uno mismo e incluir al resto independiente de su raza, religión o sexualidad. Ella misma se ha definido como pansexual y ya avisó que su próximo álbum tendrá mucho de sexo. ¿Otra razón más? Sus shows en vivo son de lo mejor que puedes ver en la actualidad, donde su puesta en escena no necesita mucho más que Letissier y sus bailarinas para adueñarse del lugar.
Un año soñado para una artista que recién está tomando vuelo. Lo mejor está por venir.