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[ENTREVISTA] TAME IMPALA: DERRIBANDO BARRERAS CON KEVIN PARKER

Por Hernán Carrasco C.

“Este es un nuestro último show de la gira sudamericana. Estoy triste de verdad. Estas tres semanas se pasaron volando y nos divertimos mucho. Mañana regresamos a casa. Hacer un tour por Sudamérica siempre es como un viento salvaje: cuando llegas al final de el, dices ‘por fin voy a poder descansar’”, comenta entre risas, Kevin Parker, líder del colectivo oceánico en el Artist Village del Lollapalooza Chile.

Pero Parker nos tenía a todos engañados. Desde el comienzo de Tame Impala –en Perth, Australia en 2007– la mayoría de nosotros tenía la certeza que esta psicodélica banda de “la tierra de más abajo” era una fuerza colectiva en constante evolución. Esta es mi tercera vez entrevistando a Parker y recuerdo que en alguna de las dos anteriores entrevistas me comentó que a la hora de componer, lo hacían en conjunto. Nada más alejado de la realidad, porque como él mismo reveló hace poco tiempo atrás, el genio detrás de esas canciones que mezclan con maestría, viejos y nuevos sonidos, es el propio Parker. No hay trabajo en conjunto a la hora de componer ni debates acerca de la dirección que está tomando la música. Las únicas deliberaciones ocurren en la cabeza del australiano. “Siento haberte mentido”, dice entre risas cuándo le pregunto por qué aparentaba que Tame Impala era una máquina colaborativa, para luego agregar que “creo que era muy tímido para decir que esta era mi música y mis composiciones. Siempre creí que había que estar en una banda para que te prestaran atención. Y que si lo hacía solo, a nadie le importaría”. La reflexión viene después de tres increíbles discos: “Innerspeaker” (2010), “Lonerism” (2012) y “Currents” (2015), sólo en este último aparecen en los créditos todas las tareas que desempeñó Parker: composición, ejecución de todos los instrumentos, voces, producción, mezcla e ingeniería. Básicamente todo el álbum.

Es precisamente “Currents”, el motivo de la cuarta visita de los australianos a Chile. Figuras consulares del cartel del Lollapalooza Chile 2016, el show que darían en el Parque O’Higgins sería el cuarto también en suelo nacional.

¿Cuánto ha cambiado el Tame Impala que nos visitó por primera vez en 2012 comparado con el de ahora?

– En cuanto al show en vivo un montón. Definitivamente éramos una banda distinta hace cuatro años atrás. Más tenue tal vez y con una vibra más chill out. Siento que puedo traer a toda esa gente que nos escuchó esa vez, a este show, y tendrían una experiencia totalmente distinta. Cada vez que evolucionas como una banda, artista o persona, sientes pena por la gente que tuvo que aguantarte antes (risas).

Es cierto eso, porque en cada oportunidad que los veo sobre un escenario, ustedes suenan mejor que la vez anterior. Hay un grado mayor de accesibilidad para gente que no es tan familiar con su música.

– Bueno sí, creo que eso es un reflejo de lo que es “Currents”. Son como los efectos colaterales de los distintos tipos de música que hay en ese disco. Antes trataba de suprimir mi lado pop, porque creía que se vería mal en las canciones que hacía. No podía estar más equivocado acerca de eso.

Aún faltan un par de horas para que los oceánicos se tomen el escenario más importante del festival y dejen fluir esas enormes y psicodélicas ondas de reverberación por todo el Parque O’Higgins. Mientras hacemos la entrevista, alrededor está todo pasando: las dos lumbreras detrás de Jungle saludan alegremente a todos aquellos que se cruzan en su camino. Su show fue uno de los puntos altos de ese día. Los Of Monsters And Men descansan en unos cómodos sillones antes de emprender rumbo a otro de los escenarios principales para su set y parte de los Eagles Of Death Metal se pasean con sus novias por el Artist Village. Se ven alegres y da la impresión que toda esa pesadilla del Bataclan ya pasó. Aunque como bien sabemos, la procesión va por dentro. Cerca nuestro, un stand de ropa deportiva se instala con regalos para los artistas. “Uhh me gustaron esas”, me dice Parker luego de mirar unas zapatillas rojas que acaban de poner en exhibición. Luego de nuestra entrevista, caminaría algunos pasos y se las regalarían.

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MISMA PERSONA, DIFERENTES RESULTADOS

Kevin Parker cumplió 30 años en enero de este año. A lo lejos ve el reflejo de su niñez como “hijo único”, ya que sus padres se separaron cuando el sólo tenía 3 años de edad. Vivió primero con su madre y luego con su padre, un aficionado a la música, que fue de quién sacó su obsesión por bandas como The Beach Boys, The Beatles y Supertramp. Desde pequeño experimentó con distintos instrumentos y los resultados los grababa en distintas grabadoras para luego ir superponiendo las distintas piezas musicales. A los 16 años tuvo su primer 8-track, regalado por su padre. A esa altura lo único que le interesaba al australiano era componer y grabar música. No hacía sus deberes del colegio, sino que pasaba sus días grabando lo que componía. Su padre le aconsejó no seguir una carrera musical, pero Parker a esa altura no podía pensar en otra cosa. Intentó con carreras universitarias: primero ingeniería y luego astronomía, para finalmente desechar todo eso cuando llegó una oferta de contrato discográfico con Modular Recordings. En 2008 lanzaría su primer EP, llamado simplemente “Tame Impala EP”, y con el que consiguió poner tres canciones dentro de las más tocadas en radios australianas. Dos años más tarde llegaría su álbum debut titulado “Innerspeaker”, el que ganaría diversos premios, incluido “disco del año” por la influyente radio australiana, Triple J y por la edición local de la revista Rolling Stone, mientras que el sitio Pitchfork, le daría la etiqueta de “mejor música nueva”.

¿Cómo te ves tú como compositor ocho años después que empezaste a grabar como Tame Impala?

– Básicamente soy la misma persona, pero la música que he hecho durante este tiempo ha mutado bastante. Creo que ahora me siento más libre de hacer lo que quiero y no limitarme por algunas reglas que yo mismo me impuse para lo que debería ser Tame Impala.

Este debate de Parker contra él mismo, empezó a materializarse en el segundo álbum “Lonerism”. Esa batalla imaginaria entre elementos pop y experimentación propiamente tal, seguía conflictuando al músico a la hora de componer. Apuntado por la crítica como un “clásico moderno del rock psicodélico”, el nativo de Perth dice que ese LP no pertenece a ese género. “Creo honestamente que nuestro nuevo disco es más psicodélico que el anterior. ‘Lonerism’ no lo sentí como un álbum que te pudiera transportar y eso es para mí la psicodelia, ¿sabes?”, dice Parker cuándo le pregunto sobre cómo siente a ese trabajo cuatro años después. Claro el segundo registro de Tame Impala contaba con todos los elementos que podrían contarse dentro de la psicodelia: reverberación, distorsiones vocales, mayor uso de sintetizadores y sampleos, y menor uso de riffs de guitarra, pero eso no lo hacía ser un disco psicodélico de por si. Ya a esa altura, Parker intentaba de acercar un poco más su música a las masas. Los coqueteos con el pop y un mayor nivel de accesibilidad se notan en canciones como “Feels Like We Only Go Backwards” y “Why Won’t They Talk to Me?”.

¿Piensas ahora en ser más accesible al público cuando compones música?

– No sé si más accesible, pero creo que se trata de mí, accediendo a distintos tipos de música que yo amo. Creo que en el pasado me permitía a mi mismo entrar a un sólo tipo de música que me gustaba a la hora de escribir, por ejemplo, rock psicodélico. Ahora dejo que mi inspiración vaya donde sea. Sea música disco, R&B o electrónica, la música que hago ahora tiene que ver más con eso que con yo queriendo llegar a más gente.

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DEJA QUE PASE

Parte de esta “nueva actitud” con su propia música ha influido en varios aspectos de Tame Impala, incluidas las voces. Desde los comienzos, la voz del músico se “escondía” entre capas de reverberación, sampleos y ornamentación espacial, dejando que la música fuera lo que más importante dentro del mix. A eso se le sumaban letras más ambiguas y difíciles de comprender. Con “Currents”, la voz de Parker se encuentra al frente de la mezcla, clara y asertiva, y si a eso le sumamos letras más universales que hablan de transiciones, relaciones, expectativas y nuevos desafíos, podemos ver una clara evolución en las ideas del música a lo que es Tame Impala. Ya no es el tipo contemplativo que miraba todo desde afuera, ahora él está adentro y toma el control de su arte. Reflexiona sobre el pasado, disfruta el presente y se aventura sobre el futuro.

Grabado entre aviones, hoteles, festivales y finalmente en su país natal, “Currents” empezó a construirse entre finales de 2014 y comienzos de 2015. Parker se mudó desde París a Australia, donde completó finalmente el proceso de este nuevo trabajo. Es sin duda un álbum colorido y audaz, a veces denso en cuanto a letras, pero musicalmente es su registro más accesible a la fecha. Aunque a él no le guste reconocerlo como tal. Es un disco donde Parker abraza los cambios en vez de quedarse atascado en el mismo lugar. A nivel sónico, se siente la confianza que tuvo el australiano para perseguir sus ideas, entrar en nuevos territorios y jugar con elementos que en el pasado podrían haber sido tabú para el propio Parker. Pop, R&B, funk, baladas ochenteras, electrónica e incluso toques de producción hip-hop, todo eso mezcló para salir con un álbum que se siente totalmente cohesionado a pesar de los distintos géneros que exploró.

¿Cómo sientes a “Currents” casi un año después que lo escribiste?

– Estoy orgulloso de este álbum. Lo puedo escuchar ahora mismo y no arrugarme (risas). Ese es un gran paso para mí porque por lo general, no escucho mi propia música después que la publiqué. Un año después de eso, siento que es un buen álbum. Siempre habrá cosas que te gustaría haber hecho de manera diferente, pero eso es algo normal. Si este disco lo hubiese hecho alguien más, creo que definitivamente lo escucharía. Es del tipo de música que me gusta a mí.

Hablando de música que te gusta a ti. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con diferentes artistas como Miguel o Mark Ronson?

– Amo hacer ese tipo de colaboraciones. Nunca había hecho ese tipo de cosas porque era muy tímido acerca de mi propia música. Sentía que no tenía que no tenía mucho que entregarle a alguien más, pero eso ha cambiado. Creo que me siento más seguro de lo que hago y eso me permite hacer estos proyectos. Espero que eso no haya sonado muy arrogante (risas).

Cuando una estrella mundial del pop como Rihanna hace un cover de una tus canciones, puedes sonar todo lo arrogante que quieras.

– (risas) Eso fue increíble. Me gustó mucho esa versión que hizo ella en su nuevo disco (“ANTI”). Creo que esa canción (“New Person, Same Old Mistakes”) tenía una vibra R&B en el fondo. Siempre me imagino cuando hago una canción, cómo sonaría con una voz femenina en vez de la mía. Rihanna despejó esas dudas por mí.

¿Qué se viene en el futuro para ti y Tame Impala? ¿Están grabando nueva música ya?

– Estoy haciendo música todo el tiempo. De hecho, estuve trabajando en una nueva canción esta mañana, aunque nunca sé para qué o para quién será esa canción. Puede ser para Tame Impala o alguien más. Tengo que dejar que la canción decida qué es lo que va a pasar con ella.

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