Cuando, en 2001, sorprendieron al mundo con su propuesta, Gorillaz no era mucho más que una humorada musical orquestada por Damon Albarn y el ilustrador Jamie Hewlett. Cansados de que en MTV “no hay nada interesante”, crearon esta banda virtual representada por Murdoc, D2, Noodles y Russell, un conjunto de curiosos y oscuros personajes con una historia y personalidades definidas.
Con éxitos que hoy son considerados clásicos, como “19-2000” y “Clint Eastwood”, su debut homónimo sorprendió al mundo con una nueva forma de hacer música. Albarn aprovechó la libertad creativa del semi-anonimato para mezclar rock, hip hop, pop, funk y electrónica en un proyecto revolucionario, y logró reinventarse en cada nuevo trabajo hasta la fecha.
Su cuarto y más reciente trabajo, The Fall, fue lanzado en 2011 y fue grabado íntegramente en un iPad mientras Albarn se encontraba de gira. Una muestra más de prolífico talento del inglés.
Hoy los seguidores de la “banda” (que en rigor tiene a Albarn como único miembro permanente en lo musical) esperan con ansias un nuevo disco que ha sido largamente anunciado, y en el que tanto el líder de Blur como Hewlett han trabajado todo el año. Y aunque la fecha preliminar de lanzamiento estaba agendada para estas fechas, ha sufrido ciertos retrasos que lo llevarán a ser presentado en el primer semestre de 2017.
EL SUPUESTO TRASPIÉ
A principios de mayo, una noticia circuló en internet sobre un supuesto suceso que habría provocado un retraso en la grabación del nuevo disco de Gorillaz. En una fanpage en Facebook llamada Salvemos a los taxis negros (una agrupación que busca proteger a los taxis de Londres de “amenazas” como Uber y servicios similares), un supuesto conocido de Albarn comentó que el cantautor habría olvidado su laptop con material de las grabaciones en un taxi y que, tras ponerse en contacto con el taxista, éste había negado la existencia del aparato. La noticia nunca fue confirmada por el músico y nunca se supo si realmente ese fue el traspié que motivó el retraso en el lanzamiento del álbum. De todas maneras, el creador de hits como “Song 2” y “Country House”, había declarado en entrevistas que este es un disco que “no se puede apurar”.
¿QUÉ PODEMOS ESPERAR DE SU SONIDO?
En una entrevista con Rolling Stone, Albarn comentó que intentaría alejarse lo más posible del sonido melancólico y cargado al piano de su último trabajo como solista, “Everyday Robots” (2014, Warner Bros Records).
“Hasta el momento, es muy rápido y tiene mucha energía. He estado pegado en el piano (…) por algunos años. Quiero ir a un lugar completamente opuesto a ese (disco)”, comentó. ¿Rápido? Así es. Al parecer tendremos canciones muy enérgicas. En la misma entrevista, el británico comentó que para los nuevos temas se ha puesto una meta muy específica al respecto. “Estoy determinado a que mi próximo disco sea muy optimista y trataré de ponerme un punto de referencia de 125 bpm (beats por minuto) y nada por debajo de eso”.
Con respecto a las colaboraciones (uno de los sellos característicos de Gorillaz), se habla de la presencia de los raperos De La Soul, Snoop Dog y Vic Mensa. Los dos primeros ya han colaborado con el proyecto previamente, formando parte de la columna hip-hopera que caracteriza su sonido en gran parte de su producción. Otros que han confirmado su presencia en el álbum son el legendario músico de electrónica Jean Michel Jarre y el británico Liam Bailey.
Sólo podemos desear que la espera no se alargue más, pues tras seis años de silencio existe mucha curiosidad por ver cuál será el rumbo que tomará este dinámico proyecto de Albarn y Hewlett. Este último ha estado compartiendo en redes sociales algunas imágenes referentes a la banda y que podrían ser una pista del giro estético que tomará esta producción, pero en cuanto al sonido, solo queda esperar.