9/10
Equilibrado, melancólico, cautivante. Son algunos de los adjetivos que describen “Not To Disappear”, el segundo disco de estudio de Daughter. El trío británico emergió en Londres en 2010 y de inmediato captó la atención con algunos demos y EP’s. Tras un alabado debut en 2013 con “If You Leave”, la banda encabezada por Elena Tonra regresa para continuar por la senda de la emotividad.
Algo que le ha dado muchos réditos, entre ellos, acompañar a The National durante seis de las fechas que tuvo durante 2015 en Estados Unidos, además de figurar en los carteles de los festivales más importantes de 2016 como Primavera Sound, Bonnaroo y el Rock Werchter. Las canciones de Daughter conmueven Y no sólo por sus letras, también por sus melodías, pero en especial por la calidad y calidez vocal de Tonra, quien nuevamente envuelve a quienes la escuchan.
Dentro de todo lo lúgubre y melancólico que es este nuevo trabajo, hay algunos temas que se imponen por sobre otros. El más destacable, quizás, es el devastador “Doing the Right Thing”, donde la vocalista se lamenta de que su abuela “ya se haya ido y no vuelva” producto del alzheimer que padece. La influencia de bandas como Beach House, The Cure o The xx se hacen más patentes en este trabajo, donde se imponen conceptos relacionados con el individualismo, la soledad, las carencias, el desamor y la maternidad.
Es un disco triste, pero hermoso a la vez, que innova en el sonido del trío con toques electrónicos que están presentes a través de sus 10 canciones. Dream pop, folk y synthpop parecen habitar en este trabajo que a ratos suena demasiado desalentador y cargado de lamentos, pero que sumerge en una atmósfera de la cual es difícil salir.
Recién es su segundo disco, pero todo indica que este podría ser el año de su consagración definitiva. Ojalá no nos equivoquemos y tengamos Daughter para rato, porque podrá sonar un poco aventurado, ya que recién estamos en marzo, pero de seguro este trabajo estará incluido entre los mejores del año.
Fernando Duarte.