DAMIEN RICE – TEATRO UNIVERSIDAD DE CHILE (29.10.2015)

Por Hernán Carrasco C.

La expectación era mucha. Tanta, que a las dos horas del inicio de la venta de entradas para el concierto, ya no quedaba ninguna. La segunda visita de Damien Rice a Chile –después de ese recordado show en 2009– se daba en el marco de la gira de “promoción” de su último disco llamado “My Favourite Faded Fantasy”. Promoción es lo que menos busca Rice a esta altura de su carrera. Después de un exilio musical, de más de cinco años, el cantante irlandés volvió con un álbum que está a la altura de sus mejores composiciones y eso se notó hoy en el show que dio en el Teatro de la Universidad de Chile. Tocó siete de las ocho canciones que tiene ese LP, una de ellas en la calle después del show. Más de ochenta seguidores se quedaron esperándolo post-concierto por si decidía salir a cantar tal como lo había hecho en otras ciudades sudamericanas. Y Rice, no defraudó, salió con su guitarra y así pasaron “Amie” y “I Don’t Want To Change You”, coreadas con emoción por los fanáticos que se agolpaban afuera del teatro.

Lo que pasó adentro –en más de hora y media de show– fue igual de bueno de que lo que pasó afuera. Tal como su presentación anterior en nuestro país, Rice se plantó solo en el escenario. Acompañado con su guitarra y un arsenal de efectos, es la voz del cantante la que hace diferencias, la que llena todos esos espacios que podrían haber quedado vacantes por la ausencia de compañeros. Con esa privilegiada voz, Rice no necesita mucho más para brillar. Dos mínimos focos a cada uno de los costados del escenario lo iluminaban un poco. Lo mínimo para divisarlo cerrar los ojos cada vez que entonaba una de las dolorosas estrofas que le recuerdan a Lisa Hannignan, su ex-novia y compañera de banda. “Algunos sueños son mejores cuando terminan”, entonaba con melancolía en “The Greatest Bastard”. “Ese tipo de amor es sólo para tontos”, cantaba en “The Box”, armado de un charango y sin ningún tipo de luz ni amplificación, Rice tenía a todo el público hipnotizado con sus movimientos. Le duele Hannignan y se nota. Carentes de la ornamentación y arreglos que se escuchan en los discos, estas canciones en vivo toman otra fuerza y son el doble de emotivas que sus versiones de estudio. Rice arriba del escenario hace catarsis y es como un torbellino sin control. Pasa de susurros a gritos, sin escalas. De frágiles líneas de guitarra a distorsionados riffs en la misma canción. Lo único que se mantiene constante es ese viejo corazón, ese corazón que no puede dejar ir a quién tanto quiere. Ese fantasma con cadenas que sigue dando vueltas en su cabeza. “Ven / Ven con tus penas y canciones / Ven como sea que eres, tan sólo ven”, entonaba con emoción en “Trusty and True” y prácticamente podías ver su corazón ahí mismo palpitar sin rumbo. Ese mismo viejo corazón de un artista que brilla cuando persigue a sus propios fantasmas y brilla cuando todas las demás luces están apagadas.

SETLIST

01 My Favourite Faded Fantasy
02 Older Chests
03 Colour Me In
04 9 Crimes
05 Woman Like a Man
06 Delicate
07 The Greatest Bastard
08 I Remember
09 Elephant
10 Insane
11 Trusty and True
12 The Box
13 Volcano
14 The Blower’s Daughter
15 It Takes a Lot to Know a Man

Encore

16 Cannonball

Post-show

17 Amie
18 I Don’t Want To Change You

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