Bright Eyes: Volver a casa
Casi una década pasó para que la banda liderada por Conor Oberst volviera a publicar un álbum. El largo receso no se debió a diferencias entre ellos, ni algo en particular, tan sólo fue buscar nuevos horizontes. Por eso, cuando en una fiesta de navidad surgió la idea de reformar a Bright Eyes, la respuesta de todos fue un rotundo “sí”. El resultado de esta reunión lo vemos en su estupendo nuevo disco llamado “Down in the Weeds, Where the World Once Was”, el décimo registro de la banda y uno de sus trabajos más cohesionados a la fecha.
Conversamos en exclusiva con ellos acerca de su nuevo LP, las colaboraciones que tuvieron de miembros de Red Hot Chili Peppers y Queens of the Stone Age, la pandemia, la vida bajo la sombra de Trump y mucho más.
Quizás fue el famoso eggnog estadounidense.
Tal vez fueron las galletas de jengibre.
O los regalos bajo el árbol.
Lo que sí sabemos es que en ese ambiente navideño de 2017, se selló la reunión de Bright Eyes después de varios años en receso. Conor Oberst, compositor principal de la banda y Nate Walcott, multi-instrumentista, disfrutaban de esas fiestas de fin de año, cuando en la cocina de este último, Oberst sugirió reformar a Bright Eyes. Para escapar del ruido, ambos fueron al baño y desde ahí hicieron una videollamada con Mike Mogis, guitarrista, quien rápidamente se sumó a la aventura.
Más de seis años habían pasado desde que estuvieron todos juntos como banda.
Por eso, ante la pregunta sobre cuánto han cambiado las cosas para Bright Eyes después de este largo receso, Oberst nos contesta que más que cambiar, se siente como un retorno a casa. “Nunca dejamos de estar involucrados con lo que pasaba con nuestras vidas, somos amigos cercanos. Michael y yo, vivimos al lado, somos vecinos. También vivo en Los Angeles, paso la mitad de mi tiempo allá. Ahí es donde Nate vive. En cuanto a relación de amistad, siempre nos mantuvimos funcionando. No fue como que no nos viéramos en años y volviéramos a reencontrarnos, sino que fue algo muy natural. Pero sí se sintió diferente en el sentido que nos reencontramos para hacer un disco de Bright Eyes. Fue como regresar a tu casa después de un viaje. En muchas maneras, nada ha cambiado…”, explicaba Oberst cuando es interrumpido por Mogis, “bueno, yo estoy cinco kilos más pesado”, dice entre risas. “Bueno, todos estamos más viejos y han pasado muchas cosas en nuestras vidas, pero en este regreso musical quisimos se que reflejara lo que habíamos vivido con lo que somos ahora como seres humanos”, cierra Oberst. “Cuando empezamos a hacer el disco, inmediatamente empezamos a sentir como nada había cambiado desde la última vez que estuvimos haciendo música. Se sintió muy confortable y productivo. Hemos tocado juntos por tanto tiempo, que se sintió realmente como volver a casa”, agrega Mogis.
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El plan de regreso estaba armado desde hace mucho tiempo. Fue en enero de este año cuando Bright Eyes anunció su regreso vía redes sociales. En marzo ya compartían “Persona Non Grata”, su primer single en nueve años. Luego de estos anuncios, la pandemia por el Coronavirus tomó más fuerza que nunca y echó por tierra el itinerario que con tanta dedicación habían armado y que incluía un tour mundial de dos años. “Pensé que era todo tan injusto. Pero luego puse las cosas en perspectiva y me di cuenta que nuestros planes arruinados no eran terribles como lo que estaba pasando en el mundo”, reflexiona Oberst.
Después de esa desilusión, Oberst y compañía se dedicaron a ver el vaso medio lleno y concentrarse completamente en mostrar el trabajo que habían armado en el curso de casi dos años. El resultado es el colorido “Down in the Weeds, Where the World Once Was”, décimo álbum para los de Nebraska y sucesor de “The People’s Key”, editado por allá en 2011.
El álbum fue creado luego de un esfuerzo colaborativo entre sus tres integrantes. Ya no es Oberst el que se lleva el grueso del trabajo de composición. “La clave es que tenemos que estar los tres igualmente felices con lo que estamos grabando. Es un proceso más democrático ahora, donde todos tenemos la chance de expresar cómo nos sentimos con la música”, dice el otrora compositor principal.
Eso fue lo único que cambió para Bright Eyes en este retorno, la manera cómo crean música juntos.
Así lo explica Oberst, afirmando que “en el pasado, diría que la mayoría de las veces, yo llegaba la estudio con canciones casi finalizadas. Se las presentaba a Mike y Nate, y ellos ayudaban en los arreglos, en las ideas de producción y todo eso. Pero esta vez fue más colaborativo desde el comienzo. Nos tomamos dos años para hacer este disco, pero el primero fue netamente de composición y de hacer los demos. Muchas de las canciones comenzaron con pedazos de música que hicieron Mike o Nate, y a las que yo luego le agregaba la melodía vocal y las letras. Trabajábamos como en bloques. Fue emocionante para todos porque nunca habíamos trabajado así antes. Salieron muy buenas ideas de esa manera, porque cuando yo escribo, usualmente sale una canción de folk, pero estos tipos son muchos más sofisticados musicalmente que yo, entonces lo que ellos traían venía de un lugar diferente y tenían una paleta armónica distinta, por lo que me desafió a encontrar melodías que normalmente no haría. Eso fue genial”.
DONDE EL MUNDO VA A TERMINAR
Cuando la banda decidió el título de este álbum, el Coronavirus no estaba ni siquiera por saltar la barrera del mundo animal al humano. Por eso, a pesar de la creencia popular, el apocalíptico nombre del disco no fue ideado debido a la pandemia. Tampoco hay un exceso de referencias sobre muerte entre las catorce canciones que lo componen. De lo que sí se habla mucho, es sobre pérdidas. Pero también sobre esperanza, amor, recuperación y resiliencia. De hecho, es un álbum más positivo que negativo si tuviéramos que ponerlo en una balanza.
Sé que ustedes empezaron a hacer este disco casi dos años atrás cuando no sabíamos que una pandemia estaba por venir. ¿Creen que la gente pueda identificarse con este álbum en estos tiempos tan extraños? Porque el título es casi como una premonición de lo que está por venir.
Oberst: Sí, es bastante raro (risas). Siempre ha habido un pequeño elemento apocalíptico/distópico/día del juicio final en nuestra música. Tal vez sólo estuvimos en lugar y en el momento correcto esta vez (risas).
Mogis: ¡Es nuestro momento! (risas)
Oberst: Es como que el mundo por fin nos alcanzó (risas). Por fin ven las cosas como la vamos nosotros (risas)… Pero sí, es un poquito extraño, porque cuando hemos hecho estas entrevistas nos han mencionado algunas letras de las canciones y nos dicen “que loco que esto haya sido escrito dos años antes”. Y la verdad es que no puedo explicarlo (risas). Lo que sí creo es que todo el arte que se está haciendo en estos momentos está relacionado con la pandemia y está en la mente de cada persona, por lo tanto, creo que es fácil conectar los puntos y sentirse identificado con este álbum.
Creo que después de escucharlo, este disco perfectamente se pudo haber llamado simplemente “Bright Eyes” y hubiese hecho todo el sentido del mundo. ¿Creen que este álbum puede resumir lo que son como banda?
Oberst: Sí, creo que eso es cierto. Están los elementos orquestales de “Cassadaga” y de “Lifted Or The Story Is…”. Están los efectos más producidos, escapados y locos de “Digital Dash In A Digital Urn” y “The People’s Key”. Y también hay un estilo musical de vieja escuela como en “Letting Off The Happiness” y “Fevers and Mirrors”, que era lo que tocábamos en nuestros comienzos. Sé que está “I’m Wide Awake, It’s Morning” metido ahí también como parte de la sensibilidad de este álbum… Sí, creo que este nuevo disco representa muy bien quienes somos.
Es interesante eso porque esta vez, no fueron sólo ustedes los que grabaron la música, tuvieron colaboradores inusuales para un disco de Bright Eyes. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Flea de Red Hot Chili Peppers y Jon Theodore de Queens of the Stone Age?
Oberst: Fue increíble. Jon tocó en todo el disco y Flea, en la mitad. Pero estuvieron con nosotros en la mayoría del proceso. Nate ha estado tocando con Red Hot Chili Peppers en los últimos tres años y él con Flea se convirtieron en amigos. Lo invitamos y quiso participar. Es un increíble músico que puede tocar todo tipo de estilos musicales. Se sintió bien poder trabajar con él… Siempre he sido un gran fanático de Jon, desde que estaba en The Mars Volta. Él y Flea eran la base rítmica de ese primer disco de ellos. Después tocó con Zack de la Rocha para su banda As Tall As Lions y obviamente, de su trabajo regular con los Queens of the Stone Age. Él es un verdadero baterista moderno de rock, uno de los mejores del mundo. Yo no lo conocía muy bien. Fue una llamada un poco vergonzosa para mí, casi presentándome y me dijo que amaba nuestra banda y que amaría tocar con nosotros. Ahora somos muy buenos amigos (risas). Es un tipo muy dulce. Flea también lo es. Ellos no tuvieron ningún tipo de ego llegando a las sesiones. Lo hicieron con mente y corazón abierto y creo que eso lo puedes sentir en las canciones.
Mogis: Creo que parte de lo que resultó tan bien es que nosotros sabemos lo que tocarán nuestros colaboradores regulares en batería y bajo cuando grabamos algo. Con Flea y Jon no sabíamos que esperar. Lo que sí sabíamos es que iba a ser diferente a lo que tendríamos con nuestros colaboradores usuales. La primera sesión con ellos fue muy emocionante porque no sabíamos que iba a pasar (risas). Ese es un sentimiento muy especial cuando eres músico. Después de la primera canción, dijimos esto no sólo va a funcionar, sino que va a flotar.
SANANDO A TRAVÉS DE LA MÚSICA
Al contrario de lo que se podría creer, Oberst no es un tipo dark o con tendencias a lo emo. Bueno, pero ser más rigurosos, ya no es ese tipo por lo menos. A pesar de haber vivido experiencias muy dolorosas en estos últimos años, incluyendo el fin de su matrimonio con Corina Figueroa en 2017 y la muerte de su hermano, Matt, en 2016, las letras que escribió no buscaron refugio en esos dolorosos sentimientos, sino fueron más hacia el lado de la resiliencia y el sentido de aún estar vivo, incluso en tiempos tan complicados como estos. “Mi enfoque al escribir las letras ha sido bastante similar con el paso del tiempo. Creo que sólo puedes escribir de acuerdo a lo que estás viviendo en ese momento de tu vida. Cuando tenía 14 años, escribía canciones sobre videojuegos y mierdas así (risas). Ahora que tengo 38, hay temas más serios que me ha tocado vivir como lo de mi matrimonio o el perder a mi hermano… Eventos de vida que te transforman de una manera u otra. Pero no me quedé con lo negativo, porque hay cosas buenas como enamorarse de nuevo o tener la chance de poder estar con tus amigos. De disfrutar de la experiencia humana. Por eso líricamente este álbum, si bien lidia con las pérdidas, también tiene trazos de esperanza y amor. No todo es negativo, ¿Sabes?
Al parecer no tienen referencias políticas literales en el nuevo disco, pero me imagino que vivir bajo la sombra de Trump es difícil de pasar por alto…
Oberst: Mierda, sí (risas)…. Es horrible (risas). Bueno, tienes razón, no hay nada abiertamente político en el nuevo disco. Pero como músico creo que es imposible separar la política de lo musical. Porque puedes estar escribiendo una canción de amor, pero siempre estará en el fondo lo que está pasando en el lugar donde vives. Lamentablemente, la mayoría del mundo, pero Estados Unidos en particular, estamos viviendo en estos psicóticos y extraños tiempos. Como si fuera un reality. La mitad del país no cree en la realidad o en los hechos o en la verdad. Es súper loco estar viviendo en Estados Unidos en estos momentos… Y bueno, fue mi intención no escribir nada acerca de él. Gente me decía “deberías escribir otra ‘When The President Talks to God’ (canción que escribió en 2005 criticando a George W Bush)”, pero…
Mogis: ¡Trump no se merece ninguna jodida canción! Es un pedazo de mierda. No se merece ninguna canción. No escribes canciones acerca de pedazos de mierda.
Oberst: Exacto.
Mogis: Porque sería una terrible canción.
Oberst: No se merece una canción. No quiero tenerlo como una memoria en mis canciones. Quiero se vaya a la mierda de lejos y no tener que pensar en él por el resto de mi jodida vida. Hay muchas mejores cosas que escribir que de ese pequeño pedazo de mierda (risas).
“Down in the Weeds, Where the World Once Was” está disponible vía Dead Oceans.
Hernán Carrasco C.