BEACH HOUSE: “ESTE DISCO ES EL RESULTADO DE NO PRESIONAR LAS COSAS”
Por Hernán Carrasco C.
La vez anterior que entrevisté a Beach House hablé con Alex Scally acerca del que entonces era su último disco de estudio llamado “Bloom”. Me contó lo que pensaba acerca de la era digital, la relación que tenían con sus fanáticos vía internet y sobre su primera visita a Chile, entre otras cosas. Han pasado dos años de eso y el grupo acaba de entregar un sólido nuevo álbum llamado “Depression Cherry”. Para esta entrevista, la vocera del grupo es Victoria Legrand quien, a diferencia del frío que adormecía a Santiago cuando conversamos, disfrutaba de un soleado día en Portland, Maine. “¿Qué tal el invierno?”, me pregunta, a lo que le respondo que acá hace mucho frío acá y ella dice de vuelta: “te cambiaría este horrible calor que hay acá, por ese frío de Santiago mil veces. Cuando fuimos a Chile también era invierno y lo disfruté mucho”.
¿Qué te acuerdas de ese concierto en el Teatro La Cúpula?
– Ese fue un muy buen show. La audiencia era muy muy energética y apasionada. Fue un maravilloso público. Puedo decir honestamente que –y Alex también lo ha dicho muchas veces– el show de Santiago fue nuestro favorito de esa gira sudamericana.
La historia de Beach House comenzó en Baltimore, Maryland, localidad ubicada en la costa Este de Estados Unidos. Alex y Victoria no se conocieron en el colegio ni en la universidad como muchas bandas. De hecho, no nacieron ni en la misma ciudad. Ella lo hizo en París, Francia y él en Baltimore. Lo que los unió fue su afición por la música. En 2004 empezaron a componer canciones y dos años más tarde lanzarían su primer disco de estudio. “A veces pasábamos literalmente el día entero escribiendo y grabando. Empezábamos a las 10 de la mañana y terminábamos pasada la medianoche. Siempre quisimos hacer música que fuera significativa y honesta, y de la que nos sintiéramos orgullosos”, recuerda Victoria de los comienzos del dúo.
Y agrega: “En un principio nuestra idea era tener una banda. Beach House iba a ser un grupo de cuatro integrantes. Alex y yo dijimos: vamos a tener un baterista, un bajista y seremos una banda completa. Le preguntamos a un montón de personas, pero nadie quería estar en nuestro grupo. Literalmente, nadie”, dice riendo. Decidieron mantenerse como un dúo y fue la mejor decisión. “Al final dijimos: a la mierda, lo haremos nosotros mismos, a nuestra manera y veremos cómo nos va. Y es así es como nos hemos mantenido haciendo música todo este tiempo. Confiando uno en el otro y apoyándonos durante todos estos años”, añade.
Una de las primeras canciones que el grupo creó fue “Apple Orchard”. La editaron unos meses antes del que sería su homónimo disco debut y ganó de inmediato la aprobación del influyente medio norteamericano, Pitchfork, que la nombró como “mejor nueva canción”. Desde ahí se han mantenido haciendo música que se siente íntima y a la vez grande como una galaxia. Como si tú fueras el dueño de un montón de constelaciones y todos esos astros estuvieran alineados para ti y por ti. Es una sensación extraña, pero eso es lo que hace la música que de verdad vale la pena: te muestra nuevas formas de ver las cosas y hace que sientas cuestiones que antes no habías sentido.
Luego del exitoso “Bloom”, editado en 2012 –trabajo que fue catalogado por muchos críticos como el “mejor álbum del grupo a la fecha” –, de una gira que los llevó prácticamente a todo el mundo y que finalizó precisamente en Sudamérica en el último trimestre de 2013, el grupo necesitaba un descanso. “Creo que todos tenemos un concepto distinto de vacaciones. Para mí unas horas mirando un lago es como una semana para otras personas. Dormir se siente como vacaciones”, dice riendo y añade que “la última vez que tomé vacaciones fue precisamente después de visitarlos a ustedes en 2013. Desde septiembre de ese año a enero de 2014, fue un período donde yo no pensaba en música, donde no me sentía creativa y tampoco intenté serlo. No estaba tratando de hacer nada. Creo que tener espacios de tiempo donde no intentes que algo suceda a nivel artístico, es muy importante para tener nuevas ideas. Alex y yo funcionamos de manera distinta. Él puede ir todos los días a la sala de práctica para encontrar nuevas cosas y yo, por otro lado, necesito tener ese espacio donde pueda sentirme inspirada para componer. No tengo ningún interés en forzar nuestra parte creativa por sólo el hecho de tener que grabar algo”.
¿Cómo son esos días donde tú te puedes desconectar de la música?
– Siento que vivo día a día. Si estoy haciendo una rutina muy similar por más de dos días seguidos, necesito urgentemente cambiar todo. Hay algunas cosas que me gusta hacer cuando no estoy haciendo música, tal vez algún día tenga mi propia línea de ropa (risas). Leo, camino, limpio, manejo mi auto, hablo con personas, incluso con desconocidos. Trato de ser amable porque siento que la mayoría de las veces las personas son crueles unas con otras. Intento darle amor a las personas lo más que pueda. Y creo que cuando trabajamos en música y hacemos música, y se la entregamos a las personas, es una forma de entregar amor. De verdad creo que eso.
DULCE DEPRESIÓN
En octubre del año pasado la banda se embarcó en una extensa gira por Canadá, donde aprovecharon de mostrar nuevas canciones como “Sparks”, “PPP” y “10:37” –temas que son parte de este nuevo álbum “Depression Cherry”– aunque en ese entonces no había ningún tipo de información que hiciera presagiar un nuevo LP. “Ya sabíamos antes de empezar ese tour por Canadá que haríamos un nuevo disco, de hecho ya habíamos empezado a escribir canciones, como las que tocamos en esos shows, y además teníamos un montón más listas para grabar. Después de esa gira nos tomamos un mes más para seguir componiendo y luego nos fuimos a Louisiana por dos meses a grabar este nuevo álbum”, recuerda Victoria. Cuando le pregunto cómo siente este nuevo trabajo, ella no duda en decir que es libre. “Este disco es el resultado de no presionar las cosas, de no trabajar contra el reloj por hacer música y arte. Es el álbum que esperamos para ver si se materializaba y es el reflejo de lo que nos gusta como banda. Dejamos que las canciones nos dijeran lo que querían hacer, sin ningún tipo de presión. Es totalmente distinto a como siento que es ‘Bloom’, que es un disco súper intenso”, reflexiona.
Cuando el dúo anunció en mayo este nuevo trabajo a través de la web, lo describieron como “un regreso a la simplicidad, con canciones estructuradas alrededor de una melodía y con menos instrumentos”, algo que Victoria desearía no haber escrito.
“¡Lo arruinamos nosotros mismos!”, cuenta entre risas, añadiendo que “después que entregamos esa información nos dimos cuenta que no deberíamos haber escrito eso. Fue un muy mal texto ese que hicimos. No es un disco simple, no lo es. Y tampoco es un regreso a lo que hacíamos antes. Es el resultado de ser un poco más sabios debido a la experiencia que hemos ido tomando con el tiempo y también de equivocarse muchas veces, como los seres humanos que somos”.
¿Cuán diferente sientes que fue el proceso de composición de este álbum comparado con “Bloom”?
– Nos cansamos de la manera como se sentían y oían las cosas en “Bloom”. Por lo menos en vivo. Cuando estábamos terminando esa gira reflexionamos que la batería sonaba tan fuerte y ocupaba tanto espacio, que a veces hacía que la voz y el resto de los instrumentos estuvieran algo opacados. La diferencia fue que esta vez nos tomamos más tiempo que antes y que liberamos los arreglos, permitiendo que hubiera más espacio en las canciones. Nos movimos naturalmente en otra dirección de lo que fue ese último disco. “Bloom” es como nuestro álbum de batería. “Depression Cherry” es el resultado de ser nosotros mismos, de escucharnos a nosotros mismos y traer de vuelta algunos elementos sónicos que habíamos dejado de lado últimamente, por esa decisión de ser más intensos y agregar más cosas a la mezcla. Volvimos a ser sólo dos personas en la creación de este nuevo álbum, tal como lo hicimos para nuestros tres primeros discos. No creo que “Depression Cherry” podría haber sido escrito antes en nuestra carrera.
En varias entrevistas durante estos años, Victoria ha dicho que ha encontrado en Alex a su “compañero de alma musical”. Por eso cuando le pregunto si no necesita a alguien pueda debatirla o llevarla en una dirección musical diferente, se apura a responder que eso sí sucede. “Es verdad que estamos en la misma sintonía, pero somos personas muy diferentes a la hora de hacer una canción. Oímos distinto las canciones de Beach House y las sentimos diferentes también. Por ejemplo, si llego con una línea de bajo y creo que es así como debe sonar la canción, él escucha algo completamente distinto. Si a mí me gusta como suena eso, pero a él no lo vuelve loco ese sonido, me desafiará para que haga algo más con esa melodía. Hay tensión, pero siempre se transforma en algo positivo. No todo es perfecto. Hay un montón de debate, de tira y afloja, antes de que podamos hacer una canción de Beach House”, explica.
El título de este álbum no tiene ningún significado lógico, es más bien un juego de palabras que el grupo quiso hacer. “Al final eso queda a interpretación de la gente. Esas palabras como que juegan una con la otra. Cherry es una palabra que ilumina, mientras que depression es muy intensa y que tiene distintas connotaciones. Esas dos palabras nunca habían estado pareadas, así que es algo único. Además creo que se relaciona con el color, con la parte visual. Yo lo siento así, casi psicodélico. Es como hacer un viaje por estos colores y averiguar de qué se trata”.
En 2014 cumplieron diez años como banda. ¿Cuán contenta estás con la carrera de Beach House hasta ahora? Han pasado mucho tiempo haciendo música.
– Es verdad. La música, los viajes que hecho para tocarla, los shows y el componer han sido la manera como he crecido en mi vida y como persona. Es genial vivir de la música. Es un sentimiento muy profundo, aunque trato de no pensar mucho en eso. Intento no mirar tanto el pasado y sentirme nostálgica. No me gusta sentir nostalgia, pero es gracioso porque nuestra música las personas la asocian con eso. Alex y yo no somos fanáticos de mirar el pasado. Nos gusta mirar adelante y seguir teniendo aventuras con la música. No sabemos cuánto tiempo más podremos continuar haciendo esto, así que estamos muy agradecidos de cómo se han dado las cosas hasta ahora. Jamás pensé que Beach House sería mi trabajo de adulta y estoy muy agradecida por eso.
¿Si no te hubieras dedicado a la música qué crees que estarías haciendo ahora?
– Mmm, no lo sé, pero creo que todas las personas tienen la capacidad de hacer una cosa donde sean realmente buenos. De trabajar en algo que se sienta bien cuando lo hacen. Cuando no hay un propósito, la vida está perdida. Creo que un gran problema del mundo moderno es que las grandes corporaciones le han robado a muchas personas su capacidad de tratar de encontrar eso donde realmente son buenos. Creo que todas las personas tienen el derecho de encontrar eso y hacer de ello un trabajo. Creo que todas las personas son capaces de hacer algo grandioso con sus vidas.
Con un último trimestre de este año lleno de shows y giras tanto por Estados Unidos como Europa, la posibilidad de ver a Beach House por estos lados tendrá que esperar un poco. “Nos encantaría volver a Chile. De verdad que sí. Hasta el momento tenemos estos tours por Estados Unidos y Europa este año y comienzos de 2016, pero cuando nos pregunten adónde nos gustaría ir después de eso, yo diría sin pensarlo, Chile y el resto de Sudamérica. Así que seamos positivos”, dice Victoria.
Con un nuevo álbum bajo el brazo y las mismas ganas de siempre, Beach House se apresta a empezar a hacer eso que tanto les gusta: viajar físicamente y espacialmente con su música a los lugares más lejanos de esta galaxia. Al infinito y más allá.
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