5/10
Con un sonido ochentero de principio a fin regresa M83, que parece haber viajado en el tiempo para componer su último LP. Melodías que pudieron ser grabadas hace 30 años se entrelazan en “Junk”, el séptimo disco de la banda que en 2001 fundó Anthony Gonzalez, pero que explotó comercialmente en 2011 gracias a la excelente “Midnight City”.
Una canción que le permitió al grupo formar parte de cuanto cartel hubiera en los festivales más grandes de Europa y Estados Unidos. Había expectación por el retorno de Gonzalez, quien regresó tras cinco años de silencio con un trabajo irregular, que parece subir y bajar (anímicamente hablado) con cada tema.
“Junk” es denso, contemplativo y carece de la fuerza y energía de su antecesor “Hurry Up, We’re Dreaming”. Sin embargo, tiene canciones rescatables como la que abre el disco “Do It, Try It”. Un tema con un estribillo y melodías pegadizas. La intensidad disminuye con “Go!”, que se aleja de la electrónica, se acerca más al dream pop y cuenta con las colaboraciones de Mai Lan y el guitarrista Steve Vai.
Luego emerge “Walkway Blues”, un tema que suena muy similar al sonido que contienen algunos tracks de “Random Access Memory” de Daft Punk. Pese a lo criticable que podría ser su parecido, es una de las buenas canciones del disco. De ahí en más el trabajo cae en la inconsistencia y se torna difuso. Por suerte, eso sí, cuenta con un track, quizás el mejor de todo el disco, como “Solitude”. Una canción que navega entre la electrónica y el ambient. Lejos la mejor producida y facturada de todo el LP, que deja la sensación de que M83 pudo haber hecho algo mucho más interesante.
Los casi eternos 55 minutos y 40 segundos del álbum terminan con “Sunday Night 1987”, un claro homenaje a Stevie Wonder que a ratos también parece recoger acordes de la discografía de Billy Joel.
Un disco extraño, impredecible y difícil de digerir con el que Gonzalez parece querer escapar del presente, viajar al pasado y quedarse allá. Ojalá hubiera escogido otras maneras para hacerlo.
Javier Muñoz.