Linkin Park - "From Zero"
6/10
No había forma de salir ileso para Linkin Park y su renovada formación a la hora de publicar nueva música. El fantasma de Chester Bennington sigue estando muy presente en cada esquina que doblen. Además de esa presencia inevitable del ex-líder del grupo, están los fantasmas del Linkin Park del pasado, es decir, el constructo colectivo de cómo era la banda antes del fallecimiento de Bennington.
A todo eso se enfrentaba la reformulada banda ahora comandada por Mike Shinoda. Había una lógica detrás de seleccionar a una mujer para tomar el lugar del ausente músico: ningún vocalista masculino podría llenar sus zapatos y las comparaciones hubieran sido inevitables y de ninguna forma podrían haber sido favorables.
¿Cómo les salió la jugada? A juzgar por las once canciones que componen "From Zero", octavo disco para los estadounidenses, la prueba la pasaron con lo justo. El ADN del antiguo Linkin Park está presente y es el que sostiene este trabajo que se extiende por poco más de media hora.
La fricción principal del álbum es el rol de Emily Armstrong en cada una de las canciones de "From Zero". Y no tiene nada que ver con sus capacidades vocales que, sin duda, son capaces de llegar a esas notas altas que Bennington nos tenía acostumbrados, sino que está relacionado con su delivery final.
Muchas veces se siente que esos gritos, casi guturales, son demasiado forzados, como si estuviera forzándose ella misma a ir más allá de lo necesario. De hecho, los momentos donde más brilla la voz de Armstrong son precisamente aquellos donde la podemos escuchar sin salirse volando de su propio rango vocal.
Probablemente, la mejor canción del disco no fue seleccionada como single. "Cut the Bridge", se transforma en la pieza precisa de como podría sonar el nuevo Linkin Park post-Bennington. Las dinámicas, las armonías, los quiebres y el complemento perfecto entre Shinoda y Armstrong, hacen de este una de las mejores canciones que ha escrito la banda en décadas.
Al final, será el paso del tiempo el que ayudará al grupo a estar cómodo en sus propios zapatos. Y sin duda, ayudará a Armstrong a encontrar su propia identidad musical dentro de una banda que tiene todavía un legado muy pesado que acarrear.
El nuevo Linkin Park todavía está en rodaje. A no apurarlos.
Hernán Carrasco C.