DESTROYER: “ME CANSÉ DE LOS SINTETIZADORES Y LAS BATERÍAS PROGRAMADAS EN MI MÚSICA”
Por Hernán Carrasco C.
A sus 42 años de edad, Dan Bejar ha hecho casi todo musicalmente hablando. No sería extraño si lo viéramos haciendo música clásica o metal. Diversidad musical podría ser perfectamente su apodo. Originario de Vancouver, Canadá y miembro de la reconocida banda The New Pornographers, ha hecho a la fecha, más de veinte discos bajo diversos nombres y asociaciones. Empezó su carrera solista bajo el seudónimo de Destroyer a mediados de los noventa y casi a finales de esa década se unió a The New Pornographers, banda con la que lleva dieciséis años de carrera y seis aplaudidos discos de estudio. También ha formado parte en algún punto de las bandas Swan Lake, Points Gray, Vancouver Nights, Heartbreak Scene, además de Hello, Blue Roses, un proyecto que tiene junto a su novia, la artista visual, Sydney Vermont. Bejar, es sin duda, una de las voces más representativas del indie canadiense.
Llevas más de veinte años haciendo música. ¿Cuánto ha cambiado la forma en la que te acercas a tus composiciones?
– Bueno, cuando era joven pasaba casi todo el día tocando guitarra y escribiendo algunas cosas en un cuaderno que después las convertía en canciones. Escribía muchas canciones todos los días. Para cuando salió “Destroyer’s Rubies” (2006), ya me había aburrido de componer prácticamente de la misma manera. Traté de mutar mi estilo durante esos años hasta que llegó “Kaputt” (2011), que fue el disco que me hizo desentenderme de estructuras de canciones y palabras, y enfocarme más en la música. Las letras y melodías para ese álbum llegaron al mismo tiempo y en una suerte de lenguaje medieval. Ese disco me dio la confianza y la libertad a la hora de componer y eso se refleja ahora, donde ya casi no ocupo la guitarra, sino que me siento en el piano y me dejo llevar por ciertos ritmos y melodías que me llegan. Además he comenzado a pensar en mí, más como un cantante que como un compositor y eso hace que el estilo de mi música cambie.
A pesar de su cercanía con Estados Unidos, poder vivir de la música en Canadá es casi tan difícil como lo es en Chile. Las visas de trabajo para ingresar a EEUU no son tan fáciles de conseguir y algunas bandas de ese país no han podido cruzar la frontera para empezar a consolidar sus carreras. “A diferencia de lo que pasa en Estados Unidos, no puedes hacer una carrera y vivir de ella estando sólo en Canadá. Las bandas canadienses dependen mucho de USA, por lo que es indispensable tratar de tener una audiencia allá. Y también en menor grado en Europa”, dice y agrega que “no hay muchos lugares donde tocar en Canadá. A pesar de ser un país muy grande, no lo es en términos de población, eso lo hace difícil para nosotros los músicos”.
A pesar de tener una sólida carrera con Destroyer y una base de fanáticos considerable, tanto en Canadá como en Estados Unidos, fue su noveno disco, “Kaputt”, el que hizo que Bejar diera una salto importante a las grandes ligas de la industria musical. Ese fabuloso álbum que conjugaba poesía con melodías etéreas y luminosas como un largo día de verano, tuvo un alcance tan transversal que hizo que el grupo estuviera “de moda” y fuera invitado a numerosos programas de televisión, además de ser requeridos por promotores y grandes festivales del hemisferio norte. Para una banda normal eso sería un motivo de alegría, pero esa situación dejó a Bejar con sensaciones encontradas y dudando sobre las decisiones que tomó en ese entonces. “Es verdad que ‘Kaputt’ me abrió puertas que antes habían estado cerradas, pero eso no significa que no se puedan cerrar de nuevo. Algunas puertas no son importantes para mí, como salir en televisión y cantar una canción. Tal vez no haga eso nunca más. Toqué en algunos grandes festivales que lo más probable es que no lo vuelva a hacer de nuevo. Son cosas que no son importantes para hacer arte, ¿sabes?”, reflexiona sobre ese momento estelar en su carrera.
Le cuento que en 2012, fui precisamente a uno de esos grandes festivales que a él no le gustó mucho tocar en ese tiempo. Mi primera vez viendo a Destroyer fue precisamente en Coachella. Bejar se ríe de la coincidencia y dice “mi percepción de lo que canto y siento es complemente distinta a lo que alguien que nos está viendo siente. Cuando me subo a un escenario, a cualquiera que sea, lo hago con la misma intención e intensidad. Incluso en un lugar como ese, donde me sentí un poco fuera de lugar, trato de hacer una conexión a través de la música con la gente que nos está viendo”. Me pregunta si disfruté ese show y le digo que sí. “Bueno, entonces hicimos bien nuestra tarea”, afirma casi con orgullo.
¿Qué es lo que más rescatas de “Kaputt”?
– Bueno, pudimos vender muchos más discos que con cualquiera de nuestros discos anteriores y abrió la puerta para que tuviéramos una audiencia en Europa por primera vez. Nos hizo viajar con mucha regularidad a ese lugar para mostrar nuestra música. Eso creo que fue lo más importante.
¿Cómo sientes ese disco cuatro años después?
– Me gusta mucho. Creo que cuatro años es mucho tiempo en lo que tiene que ver con cultura popular. Lo siento casi como de otra generación musical, pero estoy muy contento de cómo resultó ese álbum. Creo que es un disco importante. Es como una línea en la arena. Algún tipo de línea en algún tipo de arena. Además fue importante para mí como cantante, porque empecé a cantar distinto después, tanto en el escenario como en el estudio.
NUEVO DISCO, NUEVOS TRUCOS
El tiempo que se tomó Bejar en grabar un nuevo disco fue considerable. Y lo hizo de manera premeditada. Quería despegarse del sonido de “Kaputt” y buscaba que la gente también se olvidara un poco de ese disco. El canadiense estaba preparando nuevos trucos en su repertorio con su décimo disco titulado “Poison Season” y que salió hace cinco días atrás vía Merge Records. “Durante esa gira de 2012 consolidamos la alineación de Destroyer y fue con esos mismos músicos que grabé este nuevo disco. Cuando empecé a tocar con ellos me empecé a sentir más libre y dejé de lado algunos sonidos que había repetido con el paso del tiempo y retomamos algunos elementos que había desarrollado en los primeros discos. Me sentía tan cómodo y confiado tocando con ellos que quise traspasar esos sonidos que hacíamos en vivo a un álbum”, afirma sobre cómo se gestó este excelente nuevo disco.
Siento que volviste cambiar tu sonido. Este disco tiente una vibra de haber sido grabado casi en vivo. Además desechaste los sintetizadores y las baterías programadas, ¿eso fue premeditado?
– Para ser honesto, me cansé de los sintetizadores y las baterías programadas en mi música. Además tenemos un baterista tan bueno que la idea de programar una batería a través del computador sería muy deprimente. Queríamos documentar el sonido de nuestra banda en un buen estudio y capturar eso que tanto nos gusta en vivo. Así que sí, en cierta manera fue un disco casi grabado en vivo, con todos nosotros en el estudio haciendo estas canciones.
¿Cómo definirías “Poison Season”?
– Este disco se hizo muy rápido, pero lo tenía en mi mente hace mucho tiempo. Incluso tenía en mi cabeza algunas baladas que quería grabar con una sección de cuerdas y que las pude hacer en este disco. Lo podría describir en términos de tono y vibra, donde lo siento más oscuro que cualquier otro álbum que hayamos grabado antes. Definitivamente más oscuro que “Kaputt”. No es un disco tan inmediato por lo que creo que no será tan tocado en las radios. Tal vez eso sea una buena cosa, ¿sabes?
Siento que tu voz está mucho más presente en este álbum. ¿Te sientes más cómodo cantando ahora?
– Sí, definitivamente. Creo que la gira de “Kaputt” me ayudó mucho en esa faceta. Fueron dos años de continuos de shows y que me permitieron sacar esta faceta que la tenía más bien escondida dentro de mí. Además como te dije antes, desde hace unos años estaba pensando más como un cantante que como un compositor musical.
Luego de mucho tiempo de componer en solitario con Destroyer, tener una banda detrás de él ha sido un buen cambio para Bejar. “Me siento como un pastor ahora con Destroyer. Estoy para guiar a los muchachos desde el principio al final. Me gusta esa parte donde dejas una canción en manos de otros y ellos la transforman en algo más. Eso muy emocionante. Esa mi parte favorita de hacer algo colaborativo”, reflexiona.
Con dos décadas de carrera, Destroyer nunca ha venido a Sudamérica y según Bejar es uno de sus grandes pendientes. “Lo ideal sería que en vez de que tú tengas que volar a ver un show de Destroyer, nosotros vayamos hasta allá. Tocar en Chile es mucho más emocionante para mí, que tocar en un festival grande en estos momentos. Aún no descubro cómo hacerlo para ir tocar para ustedes, así que cualquier invitación que me hagan para ir hasta allá, la aceptaría encantado”, afirma con sinceridad.
Tu padre nació en España y sacaste un EP que se llamaba “Cinco canciones en español”. ¿Cuánto español sabes realmente?
– Es difícil decirlo. Probablemente podría zafar en una conversación en español contigo. Pero sólo si me hablas realmente lento y sin que haya ruido ambiente. Diría que te entendería 2/3 de lo que dices aproximadamente. Eso es suficiente para poder relacionarme con ustedes cuando vaya a Chile, ¿no?