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[ENTREVISTA] Joey Santiago de Pixies: "Estamos acostumbrados a ser una banda con componente femenino"

El próximo año, una de las bandas más importantes del rock alternativo (sino la más importante), cumplirá treinta años de carrera. La celebración fue anticipada porque los liderados por Black Francis acaban de lanzar un nuevo disco de estudio que busca las mismas emociones y dinámicas que sus majestuosos y determinantes primeros trabajos. Conversamos con Joey Santiago, guitarrista de la banda, sobre la carrera de Pixies, las dinámicas internas, su nueva bajista y sus memorias de Chile.

Si de bandas legendarias se trata, Pixies es una grande. Porque, desde la simpleza, la honestidad y una actitud absolutamente “humana”, forjó los pilares del rock alternativo y sin quererlo fueron una de las influencias más directas en un movimiento que a principios de los noventa se tomó el mundo: el grunge.

Kurt Cobain, el difunto líder de Nirvana, era un fanático empedernido de la banda y parte de sus trucos al mando del trío de Seattle eran guiños directos a Black Francis y compañía. La originalidad de Pixies tuvo a una generación completa cantando crudos himnos de tres minutos que hablaban de extraterrestres, olas de mutilación, monos en el cielo y otras temáticas surrealistas que siempre rayaron en la genialidad. Francis es un intrigante poeta al que debemos en gran parte la estética noventera que hoy tratamos de replicar desde la nostalgia.

Fueron siete gloriosos años entre mediados de los ochenta y comienzos de los noventa donde la banda se transformó en un referente obligado al hablar de rock. Mucho antes que apareciera Cobain, Pearl Jam y la camada de Seattle, Pixies ya estaba golpeando con esos riffs cortos y poderosos de la dupla Francis – Santiago. Su primer álbum “Surfer Rosa”, fue lanzado en 1988 y después de el, vendrían en años consecutivos “Doolittle” (1989), “Bossanova” (1990) y “Trompe Le Monde” (1991). Desde siempre fueron un grupo intenso y que parecían aprovechar cada minuto que estaban vivos. Al igual que su súbita explosión, el fin de la banda llegó de la misma manera: rápida y sin anestesia. Francis afirmó en una entrevista con la BBC en 1993, que la banda estaba finalizada y no ofreció más explicaciones. Al rato telefonearía a Santiago para contarle lo mismo y días después, vía fax, les notificaría a Kim Deal (bajista) y David Lovering (baterista), la casi dictatorial decisión.

Cada uno siguió por su lado y eventualmente a Francis le volvió a picar el bicho de sus antiguas canciones. Luego de algunos llamados, la banda anunciaría su reunión en 2003. Diez años después de su rompimiento. Giras fueron anunciadas e incluso el grupo realizó, en 2009, shows conmemorativos por el vigésimo aniversario de su disco “Doolittle”. Así llegarían al fatídico 2013, cuando la banda empezaría a desmoronarse. Meses antes habían grabado un par de temas nuevos que dividieron en tres EPs y que hacía pensar que el grupo tenía cuerda para rato, pero no era así y las tensiones entre Francis y Deal escalaron hasta que esta última dejo la banda en junio de 2013. Si bien fue salida amigable, Deal no ha dado vuelta atrás a su decisión y no parece que lo hará en el futuro.

L-R:  Paz Lenchantin, David Lovering, Joey Santiago, Black Francis

La solución de emergencia a la salida de Deal se llamó Kim Shattuck, quién cinco meses después sería despedida y reemplazada por Paz Lenchantin. Con ella en el bajo, Pixies retornaría a Chile para tocar en el Lollapalooza luego de su histórico show de 2010 (Teatro La Cúpula) donde tocaron 33 canciones, una por cada minero rescatado en el norte del país. Lenchantin se ha adaptado bien a la banda y al parecer volvió a despertar el bicho creativo en Pixies. “Somos como hermanos, nos conocemos muy bien y Paz se ha acoplado muy bien. Algunos días son felices, otros tristes, pero siempre lo hacemos funcionar. Sabemos cómo relacionarnos entre nosotros, y al final del día somos como una familia. Cuando salimos de gira muchas veces hacemos nuestras vidas por separado, y luego llegamos contando al hotel nuestras experiencias, lo que hemos conocido y las comidas que hemos probado. Es muy familiar”, dice Santiago sobre la dinámica que tiene la banda ahora con la argentina en sus filas.

¿Cómo ha sido la incorporación de Paz a esta nueva etapa de la banda?

- Trabajar con Paz ha sido muy, pero muy refrescante. Es un elemento que agrega tranquilidad, siempre muy positiva, trabaja muy duro en las canciones. Trajo una liviandad en estos tres años con ella. Pensamos que sería un gran desafío encontrar a alguien que se acoplara bien a nuestra dinámica y se llevase bien con toda la banda. Es divertida, y encajó de inmediato.

¿Era importante para ustedes incorporar a otra mujer en reemplazo de Kim?

- No podríamos imaginarnos la banda compuesta sólo por hombres. Necesitamos una voz femenina para los temas, estamos acostumbrados a ser una banda con un componente femenino.

El haber perdido a Deal fue un golpe duro, porque una parte importante de la identidad del grupo se definía con la suave voz de Deal, su sencilla pero precisa ejecución en el bajo y su adorable prestancia en el escenario. Con su feminidad poco convencional, pero que lograba incluso opacar el carisma de Francis sobre el escenario, algo que ciertamente provocó roces y choques de ego en su momento. Llenar los zapatos de Deal no era cosa fácil, y finalmente este año con Lenchantin, pudieron cerrar ese capítulo.

EL NUEVO/VIEJO SONIDO

Cuando una banda ha definido de tal manera a una generación con su sonido, le puede resultar difícil abandonar el molde o las costumbres sónicas que tenían adquiridas. En 2014 lanzaron el disco recopilatorio “Indie Cindy” –que juntó las canciones de los tres EPs que habían publicado entre 2013 y ese mismo año–, el que se transformaría en su primer LP después de veintitrés años. Pero ese álbum nunca fue concebido como una obra propiamente tal, sino que era eso, un disco recopilatorio. Ni sus fanáticos ni la crítica se mostraron muy convencidos del regreso discográfico de la banda. La partida de Deal se dio precisamente en las sesiones de grabación de esas canciones y como han comentado en varias entrevistas, lo que buscaban con esos EPs era explorar y hacer las cosas distintas como las habían hecho antes. Un nuevo enfoque que claramente no dio mucho resultado.

Por eso las expectativas eran altas con este nuevo registro llamado “Head Carrier”, que ya está disponible vía PIAS Recordings. El afianzamiento de Lenchantin como miembro permanente y la disposición del grupo ha “encerrarse” por ocho semanas para grabar el nuevo álbum, sacaron lo mejor del conjunto formado en Boston. Con “Head Carrier”, vuelven al ruedo con una nueva energía. Además es la primera vez que Lenchantin escribe material con ellos. Los años no han pasado en vano y claramente el sonido de esta placa no es el mismo que mostraron en “Doolittle” o en “Surfer Rosa”, pero el espíritu del Pixies de esa época ronda en todas estas nuevas canciones. Es de alguna forma un regreso a casa.

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“Estoy súper emocionado con este nuevo disco. Ojalá que pueda impactar a la gente en un buen sentido. Yo lo siento como una batalla interna, donde teníamos dos caras y sólo una de ellas salió vencedora. Este se siente como un disco de Pixies en un 100%”, afirma Santiago.

Con Lenchantin como miembro permanente, la banda ha tomado un camino más definido y da pasos firmes en una nueva etapa que los tiene más vigentes que nunca. El pasado está presente y el grupo está haciendo las paces con los años que han pasado. Esa suerte de enmendación se refleja en una de las canciones más emotivas del nuevo álbum, “All I Think About Now”, que cuenta con la voz de la argentina y las letras de Francis hablando de reconocimientos tardíos y disculpas igualmente atrasadas. Para Santiago, esta nueva etapa es un reflejo claro de la madurez de una banda que tiene muy claro cómo tiene que sonar. “Estamos tratando de ir al futuro, pero abrazando el pasado”, dice.

“Definitivamente suena como un disco de Pixies. Cuando se trata de la maquinaria de la banda, cualquier canción suena como nosotros aunque estemos tocando un cover”, explica sobre cómo suena este “Head Carrier”, el sexto disco del grupo.

Como guitarrista siempre tu sonido ha sido muy característico, y sin duda se ha convertido en una gran influencia para miles de guitarristas jóvenes. ¿Cómo lograste ese sello y cómo lo definirías?

-Nace de aceptar y aprovechar mis limitaciones como guitarrista. Cuando comenzamos había muchas bandas de metal que tocaban lo más rápido y difícil posible. Yo lo veía como algo imposible y decidí buscar un sonido con las menos notas posibles. Un máximo de cinco. Si son más de cinco notas, en realidad no estás pensando lo suficiente musicalmente hablando. Me gusta el hecho de haber aprendido solo y confío en mi trabajo, y mi teoría sigue siendo la misma. Es una especie de lenguaje que manejamos como banda cuando trabajamos en el estudio. De hecho, he escuchado de bandas que han dicho que tocan buscando un “sonido Santiago”. ¡Soy un estilo! (risas).

TRUMP, CHILE Y REHABILITACIÓN

Con las elecciones presidenciales en Estados Unidos a la vuelta de la esquina, muchos músicos han tomado parte de la que se dice es “la votación más importante en la historia de EE.UU”. “Realmente no hablamos de eso de manera pública. Sí puedo decir que hay un idiota que no sabemos cómo llegó tan lejos con una campaña basada en el odio. Eso no está nada bien”, comenta Santiago en una velada declaración de principios anti-Donald Trump. Aparte de Kid Rock, es bastante difícil encontrar músicos que estén de parte del imbécil magnate estadounidense.

El grupo ha comentado previamente sus gratas memorias que mantienen de nuestro país y por ende, el regreso de Pixies a suelo nacional es una pregunta obligada antes del final de la entrevista. “Definitivamente tenemos en mente volver a Chile y Latinoamérica pronto. Tenemos muy buenos recuerdos de Chile, en especial de una ocasión en la que tocamos 33 canciones para conmemorar el rescate de los mineros (2010). La gente no lo podía creer. Fue fascinante”, asegura el guitarrista.

Pocos días después de esta entrevista, Santiago se internó en un centro de rehabilitación para tratar en sus problemas con las drogas y el alcohol. La banda emitió un comunicado expresando todo su apoyo al guitarrista y asegurando que sus planes de salir de gira no serían modificados, aunque el itinerario podría sufrir algunos cambios. “Esto es lo mejor que podría haber hecho Joey y estamos muy orgullosos de que haya dado este paso. Pretendemos cumplir totalmente con nuestra gira por Reino Unido y Europa en noviembre y diciembre, sin embargo, el tiempo de rehabilitación de Joey afectará algunas de las actividades para promocionar este nuevo álbum”, cierra la declaración.

Con un sólido nuevo álbum bajo el brazo y con una mejorada salud de Santiago, Pixies parece haber encontrado nuevamente el camino correcto. Esperamos que este retorno a sus raíces sea el impulso definitivo para escuchar lo mejor de ellos y que ojalá dure por mucho tiempo, pero si todo termina en los próximos meses, este “Head Carrier” es un bonito testimonio de cierre. Sólo el tiempo lo dirá.

Hernán Carrasco.

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